"Cuando la vi por primera vez sentí algo extraño en el estómago, nervios y curiosidad por hablarle y conocerla. Pensé, si me gusta físicamente con esa vestimenta, ¿cómo no me va a gustar fuera?. Después de hacerle un cuestionario me decidí a pedirle el teléfono y ahí empezó todo.

Solo tengo palabras de agradecimiento hacia ella, por todos los momentos que me brinda, por sus sonrisas, por los días y las noches que me regala, por sus consejos, su paciencia y por ser siempre ella misma.

Siempre desea lo mejor para mi día a día y sobre todo me sabe querer como nadie.

Ha hecho cumplir todos esos sueños que tenía pendientes. Estoy convencido que es la pieza que le faltaba a mi vida para completarla.

Doy gracias muchas veces por tenerla conmigo siempre, porque la gente viene y va, pero ella se queda sin darle nada a cambio.

Solo pido que me quiera como hasta ahora y que me deje seguir viviendo este sueño muchos años más.

¡A ella le debo todas mis sonrisas!

La quiero a rabiar."